"Dedico estos mensajes a dos estrellas que desde el azul del cielo iluminan mi camino: una, la que envuelve al visionario médico de tantos afortunados como yo, Dr. Shuji Murata, quien me impulsó en esta senda; y la otra, brillando en mi, a través de tantas enseñanzas recibidas, un sueño que no alcanzó a SER, en este plano físico, pero que al abandonarlo a poco de nacer, pasó a ser el ángel que siguió viviendo en cada manifestación de Luz, de Amor, de Paz: Mi transmisor iluminado,Pablo."
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Pues si, es una de las grandes paradojas del ser humano que gusta de recrearse en el dolor, como si no se creyera digno de ser feliz.
ResponderEliminarSaludos desde San Roque (Cádiz)
Agradezco tu comentario pensamos igual un cariño
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