viernes, 17 de junio de 2011



Añoranzas de sueños lejanos que entibian el alma,

cuando la realidad es tan fría como un cierzo helado.

Refugio al que volvemos

para que nos envuelva el murmullo de cantarines arroyos,

el susurro de gorriones y calandrias

que anidando en aquellos árboles de la infancia quedaron;

tanta dulzura enroscada en las ramas,

que se mecían acunándolos en la luna suave del atardecer.

¿Porqué sentimos nostalgia por el tiempo que se fué,


si todos nos dicen que la sabiduría está en vivir aquí y ahora?



Porque no sentimos nostalgia por todo aquello que nos pudo hacer daño,


la nostalgia tiene siempre relación con recuerdos caros al corazón,

y no nos hace mal evocarlos,

lo que duele es aquello que una mente fría y materialista quiso enterrar

en el alma, para que al recordarlo, volviéramos a sentir la pena,

la angustia, el desasosiego,


que aquello vivido nos dejó...

Eso sí hay que olvidarlo ya,

si no lo hiciéramos, un cántaro roto sería nuestro corazón.

Todo lo que un día nos dió felicidad,

los cielos azules, las nubes blancas, los perfumados jazmines,

las rosas de multicolores matices, los pájaros cantando desde el amanecer,

el sol acariciándonos el alma, las canciones alguna vez oídas,

y nunca más olvidadas.

Allí sí vivimos en el aquí y ahora;

las vivencias del alma nos lo enseñaron,

y lo convirtieron en el aquí y ahora que,

a través de la vida, nos fue enriqueciendo el espíritu,

acariciando el alma,

envolviendo con amorosos recuerdos

al bienamado corazón.





1 comentario:

  1. Buena reflexión amiga. Lo mejor que podemos hacer a favor de nosotros mismos, es conocernos lo más posible tanto a nivel personal, profesional como espiritual. Y esto es una de las maneras que te conducirán a un estado emotivo de la bondad.

    Un fuerte abrazo.

    Feliz Fin de Semana!!!

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